Las fracturas de columna vertebral pueden ser lesiones graves que afectan los huesos de la columna vertebral, también conocidos como vértebras. Estas fracturas pueden variar en gravedad, desde fracturas leves que no causan síntomas significativos hasta fracturas graves que pueden provocar daño a la médula espinal y afectar la función neurológica.
Las fracturas de columna pueden ocurrir como resultado de diversos tipos de traumatismos, como accidentes automovilísticos, caídas desde una altura significativa, lesiones deportivas, golpes directos en la espalda o enfermedades óseas como la osteoporosis, que debilitan los huesos y aumentan el riesgo de fracturas por compresión.
Dependiendo de la ubicación y la gravedad de la fractura, así como de la presencia de lesiones adicionales en la columna vertebral, los síntomas pueden variar. Algunos de los síntomas comunes de una fractura de columna pueden incluir:
- Dolor intenso en la espalda, que puede empeorar con el movimiento.
- Dolor que irradia hacia otras partes del cuerpo, como el abdomen, el pecho, las piernas o los brazos.
- Dificultad para moverse o caminar.
- Sensación de entumecimiento o debilidad en las piernas o los brazos.
- Problemas con la función intestinal o vesical, como incontinencia urinaria o fecal.
El tratamiento para una fractura de columna puede variar según la gravedad de la lesión. En casos leves, el tratamiento puede incluir reposo, uso de un corsé o férula para inmovilizar la columna vertebral y terapia física para ayudar en la recuperación. En casos más graves que involucran daño a la médula espinal o inestabilidad vertebral, puede ser necesaria la cirugía para estabilizar la columna vertebral y reparar la fractura.